2.- No hay bibliografía excepto el conocido y anticuado texto de Arquímedes sobre la espiral.
3.- En cuanto a su currículo no enumera títulos, estudios superiores, grados conseguidos ni publicaciones. Se limita a enumerar una serie de aparatos construidos o proyectados: bombas de agua, carros a vela, molinos de viento giratorios, bombas de agua rotatorias, máquinas de construcción, cámaras que proyectan imágenes al revés, arados movidos por el viento, muñecos automáticos y otros objetos absurdos.
Este extravagante currículo hace pensar que la hélice y sus aplicaciones puede ser solo otro objeto más de esta pintoresca lista.
4.- Sobre la preparación científica del solicitante sólo tenemos una lista bastante jactanciosa, en que se atribuye una serie de estudios y descubrimientos.
Dice que ha disecado unos 30 cadáveres y que ha dibujado con exactitud los órganos internos, encontrando erróneas las enseñanzas del gran Galeno, que ha observado la continuidad de los estratos de la tierra en regiones desconectadas de los valles de los Alpes y ha demostrado que los valles se han formado por acarreo de materiales por los ríos, que ha probado que el mar ha cubierto partes de la tierra por cientos de miles de años, que ha descubierto las leyes de Combinación y contraste de los colores, que ha estudiado la fricción en planos inclinados y otras máquinas, que ha estudiado y explicado el vuelo de los pájaros.
La mayoría de estas afirmaciones demasiado particulares para tener valor filosófico, no tienen mucho que ver con el proyecto.
En cuanto a los principios de la Mecánica que dice haber encontrado, como la aceleración en la caída, la persistencia del movimiento sin necesidad de fuerza y ciertas ideas de conservación de la fuerza, es claro que estas opiniones están en abierta e irresponsable oposición a lo que todas las personas doctas saben desde hace muchos siglos.
5.- Sobre el tema que nos interesa, es decir, el proyecto de las hélices, el señor Leonardo estima que pueden servir para:
-- empujar el aire
-- hacer mover barcos
-- usarse en máquinas voladoras
No sabemos para qué puede servir empujar el aire. El solicitante confiesa que no espera una fuerza mayor que la de los fuelles de los herreros que es la aplicación principal que se puede pensar. Tampoco aclara cómo obtendría la fuerza para hacer girar sus hélices.
Sobre los barcos no da mayores detalles. No se ve qué ventajas puede tener la hélice sobre los remos, mucho más aptos para aprovechar la fuerza humana, o sobre las velas que no requieren gasto de fuerza alguna.
En cuanto a las máquinas de volar, el señor Leonardo hace referencias y presenta dibujos de unos pájaros de papel impulsados por una hélice que se mueve por un elástico enrollado que al soltarse la hace girar. No aclara si las ha construido y han volado. Al parecer lograr esto es parte del proyecto para el cual solicita financiamiento. Pero aún, en el caso de que tuviera éxito, no se ve cuál puede ser la utilidad de un minúsculo pájaro de papel, aparte de ser un juguete para los niños no más atractivo que un papagayo.
Admito que los dibujos que acompañan al proyecto son excelentes. Se me ha dicho que el solicitante es un hábil dibujante y talentoso pintor, capaz de convencer a cualquiera con su plumón y su paleta. Pero los que conocemos la ciencia y nos atenemos a la esencia de las cuestiones no podemos dejarnos arrastrar por estos adornos ni dejar de percibir la falta de seriedad y conocimiento que campea en todo el proyecto.
Considero pues que la digna Asociación que usted preside debe utilizar sus recursos en apoyar trabajos más serios, valiosos y seguros.
Dios guarde a vuestra excelencia
Giacomo Ricardini (PD, DF, DM, DL, DR)
Gracias a Carlos Novoa (BID) quien me lo envió por e-mail.
